Científicos de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) han desarrollado una técnica experimental que combina el crecimiento de cristales a temperaturas bajo cero con técnicas de impresión en 3D para mejorar las propiedades mecánicas de los “andamios” empleados para la regeneración del tejido óseo dañado. Asimismo, este nuevo método permitirá, según los investigadores, producir estos materiales de forma mucho más rápida y barata.
Regenerar hueso dañado
Los científicos participantes en la conferencia “Imprimiendo para el futuro” celebrada en Londres el pasado mes de enero afirman que las técnicas de impresión en 3D permitirán en un futuro regenerar y reparar hueso humano que ha sufrido daños tisulares de importancia como los provocados por una fractura o por la artrosis o que haya perdido un volumen importante de tejido óseo, a causa de un tratamiento oncológico o de una fractura catastrófica. Actualmente es posible sustituirlo por hueso sintético, pero esto es problemático, pues no es posible crear hueso con el nivel de dureza adecuado. La estructura de un material, desde el nivel molecular al macromolecular, afecta la dureza de éste.
Los investigadores de la Universidad Nottingham Trent (Reino Unido) han desarrollado una nueva técnica que combina el crecimiento de cristales a temperaturas bajo cero con técnicas de impresión en 3D para estructurar un material a diversas órdenes de magnitud, imitando así las estructuras de los materiales biológicos. Esta combinación de 3D con congelación podría permitir producir hueso sintético más fuerte y de forma más rápida y económica. El objetivo de esta investigación era mejorar la dureza del de hueso sintético que actúa como andamio temporal hasta que el tejido natural se regenera por sí solo. El andamio es fabricando por medio de impresoras 3D y debe ser poroso para permitir la circulación sanguínea y el crecimiento celular. Este andamio se disuelve al cabo de un tiempo, siendo reemplazado por el nuevo tejido a medida que el paciente se recupera.
La manipulación del crecimiento de los cristales a temperaturas bajo cero en materiales creados con impresoras 3D permitirá mejorar la microestructura del hueso sintético, haciéndolos más fuertes, pero manteniendo la necesaria porosidad, permitiendo a los pacientes una recuperación más rápida después de una lesión o de una enfermedad grave. Uno de los responsables del estudio, el profesor Breedon de la Universidad de Nottingham, afirma que este estudio es “un verdadero paso adelante”, pues puede reducir de forma importante el tiempo de fabricación y el coste de dichos materiales médicos.