A pesar de existir amplias diferencias en la farmacoterapia de la artrosis, el impacto de esta sobre la salud y la productividad es substancial e uniforme en los cinco mayores países de la Unión Europea (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y España). Los efectos secundarios asociados a los fármacos de uso más común remarcan la necesidad de basar el tratamiento de la artrosis en la prevención y en las medidas no farmacológicas.
Los AINE continúan siendo el tratamiento más común
La artrosis es la enfermedad reumática más común. Se estima que afecta a más de 40 millones de personas en Europa, y es la causa de discapacidad de mayor crecimiento en todo el mundo: se espera que la artrosis se convierta en la cuarta causa de discapacidad en todo el mundo a comienzos de la década de 2020. Las guías de tratamiento clínico de la artrosis recomiendan de forma unánime una serie de terapias farmacológicas, que incluyen los analgésicos, los anti inflamatorios no esteroides (AINE) y los opioides, combinados con terapias no farmacológicas. No obstante, estas terapias farmacológicas se ven limitadas por sus considerables efectos secundarios y eficacia limitada, así como las restricciones en cada país respecto a su prescripción (por ejemplo, sobre el uso de opioides).
Un estudio de 2014 sobre la prevalencia de artrosis en cinco países europeos, el Osteoarthritis in Europe, reportó que casi un 70% de los usuarios de medicamentos bajo receta utilizaron algún tipo de AINE para el tratamiento de la artrosis, lo cual resulta especialmente alarmante dados sus importantes efectos secundarios. Es más, el estudio también confirmó una tendencia, ya identificada en un estudio estadounidense, de que se sigue empleando de forma regular los AINE en pacientes mayores de 75 años (un 21% de estos reportaron usar AINE), a pesar de que estos están contraindicados para este grupo de población.
Respecto a otros tipos de fármacos, el estudio identificó considerables diferencias entre países respecto a los fármacos empleados. Tan sólo una tercera parte de los participantes en el estudio afirmó estar satisfecho con su medicación contra la artrosis. El uso de opioides era bajo en Alemania, Italia y España (aunque la situación parece haber cambiado en cinco años, pues existe una creciente preocupación por su uso indiscriminado), mientras que en Francia era el fármaco más comúnmente prescrito.
Impacto substancial de la artrosis: laboral, económico, calidad y esperanza de vida
Resulta notable observar que, si bien existen notables variantes en el uso de medicaciones entre los cinco países, esto no se refleja en las puntuaciones de calidad de vida, que son uniformes para todos los países del estudio. Aunque las amplias diferencias identificadas en el uso de farmacoterapia para la artrosis en los cinco principales países europeos podrían tener impacto sobre el manejo de la artrosis, el impacto de la artrosis resulta notablemente similar en los cinco países estudiados. El estudio también confirmó el impacto substancial de la artrosis tanto en la salud general como en la productividad laboral. Por lo general, las puntuaciones de función mental y física eran inferiores en personas con artrosis en comparación con la población general de los cinco países de la UE.
Los costes económicos de la artrosis también son importantes: según una revisión de 2016, el coste anual por paciente de artrosis (en Euros de 2013) variaba de 700 a 12 000 € para el sistema de salud público. Los costes directos por pacientes iban de 500 a 10 900 €, y los indirectos estaban en 200-12 300€.
