Un estudio presentado esta semana en el congreso anual del colegio americano de reumatología afirma que espaciar las sesiones de terapia basadas en ejercicio durante un período de 12 meses seguido de tres sesiones de “refuerzo” periódicas se ha mostrado la estrategia de terapia física más efectiva para el tratamiento de la artrosis de rodilla.
Terapia física en artrosis de rodilla
Los tratamientos habituales para la artrosis incluyen antiinflamatorios no esteroides, condroprotectores, pérdida de peso, analgésicos y ejercicio. Este sería el tratamiento conservador y de primera línea para la enfermedad. Investigadores de la Universidad de Pittsburgh compararon la relación efectividad-coste de diversas estrategias de terapia física en 300 personas con artrosis de rodilla. La primera de las estrategias consistía en 12 visitas de terapia física durante un período de nueve semanas. La segunda consistía en ocho visitas iniciales durante un período de nueve semanas, seguidas de dos sesiones de “refuerzo” al 5º mes y de una sesión los meses 8º y 11º. Una tercera consistió en 12 visitas de terapia de ejercicio combinada con terapia manual, mientras que la cuarta incluía ocho visitas iniciales de terapia de ejercicio además de terapia manual y cuatro sesiones de refuerzo.
“Creemos que existe la necesidad de mejorar los efectos del tratamiento con terapia de ejercicio y el mantenimiento de estos efectos para mejorar la funcionalidad y disminuir el dolor en personas con artrosis de rodilla”, explica el Dr. G. Kelley Fitzgerald, autor principal del estudio. “Estudios preliminares ya apuntaban a que el empleo de terapia manual podría mejorar el efecto del tratamiento, y que las sesiones de refuerzo podrían ser la forma de asegurar que estos efectos se mantengan a largo plazo. También creemos que sería importante determinar su impacto sobre los costes sanitarios con el fin de determinar los métodos más efectivos, en caso de se demuestre su eficacia clínica”. Los investigadores observaron que las estrategias de refuerzo (estrategias números 2 y 4) reducían de forma significativa los costes sanitarios y mostraban mayor efectividad en el tratamiento de la artrosis de rodilla. De esas dos estrategias, la número 2 costaba 1.061 dólares estadounidenses más, pero suponía una ganancia de 0,82 QALY (Quality-Adjusted Life Years, años de vida ajustados por calidad). El estudio demostró que la terapia de ejercicio es efectiva para el tratamiento de la artrosis de rodilla, pero que podría ser más efectiva si se suplementa con terapia manual y sesiones de terapia física durante un período de tiempo más largo con el fin de maximizar los beneficios a largo plazo.
En base a estos resultados, los autores del estudio consideran que los pacientes deberían consultar un fisioterapeuta para tratar el dolor y pérdida de funcionalidad provocada por la artrosis de rodilla, y que deberían comprometerse a someterse a sesiones periódicas cada pocos meses para reforzar los beneficios del tratamiento. Asimismo, los investigadores sugieren que los fisioterapeutas deberían aplicar más técnicas de terapia manual así como sesiones de refuerzo a sus planes de tratamiento para pacientes con artrosis.