Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha demostrado que, en pacientes con artrosis, el lubricante viscoso que facilita el funcionamiento articular provoca una respuesta dolorosa similar al provocado por el pimiento chile.
La inflamación provocada por la artrosis hace que el organismo produzca más células en y alrededor de la articulación. Estas células liberan substancias inflamatorias al fluido sinovial, el lubricante que facilita el correcto funcionamiento de las articulaciones y previene su desgaste. La artrosis hace que el fluido sinovial pierda viscosidad, con lo que las substancias inflamatorias entran en contacto directo con los terminales nerviosos de la articulación, lo cual provoca sensación de dolor.
Un estudio publicado por la revista Rheumatology ha investigado si el fluido sinovial producido durante la artrosis podía excitar los nervios sensoriales de la rodilla, es decir, los nervios responsables de la transmisión de señales dolorosas. Los investigadores, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), vieron que los nervios de la rodilla, cuando eran cultivados con el fluido sinovial artrósico, se volvían más excitables. Los nervios también presentaron un incremento de la función de TRPV1, la molécula que detecta la intensidad del picante del chile (TRPV1 es también activado por el calor, de ahí que el picante provoque una sensación de calor).
Aunque se sabe desde hace mucho la presencia de compuestos inflamatorios en la artrosis, esta es la primera evidencia de que el fluido sinovial puede excitar de forma directa las terminaciones nerviosas y por tanto es un importante factor en la experiencia de dolor. Según los autores del estudio, se trata de un importante paso, pues nos permitirá en un futuro identificar los componentes específicos del fluido sinovial que causan dolor, y por tanto definir nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento del dolor provocado por la artrosis y otras afecciones reumáticas.