Un estudio canadiense publicado en Arthritis Care & Research revela que uno de cada cuatro ancianos tiene dificultades para caminar, y que la artrosis de rodilla o cadera es la responsable que la mayoría de casos, más que otras comorbilidades como la diabetes o las cardiopatías. Según los datos del estudio, en el que participaron unos 18.500 adultos canadienses, la posibilidad de que reportasen dificultades para caminar era del 5-10% en mujeres sanas, de peso normal e ingresos medios de una media de 60 años de edad, y hasta el 10-20% en mujeres con diabetes o patologías cardíacas. Pero es en mujeres con artrosis de rodilla o cadera sin otros trastornos crónicos donde los porcentajes se disparaban, aumentando hasta el 60-70%, e incluso hasta el 80% en aquellos casos que padecían artrosis combinada con diabetes y algún tipo de cardiopatía.
Necesidad de un abordaje multidisciplinar de la artrosis
Los países desarrollados están siendo testigos de un crecimiento sin precedentes de la cifra de personas obesas que viven hasta edad avanzada, y por tanto con múltiples trastornos crónicos. Pese a esto, las estrategias de tratamiento de enfermedades crónicas y las guías de manejo clínico siguen centrándose en enfermedades específicas, tratando muy por encima los trastornos musculo esqueléticos, pese a que la obesidad y la longevidad son factores de riesgo de las primeras. Los resultados clínicos de la combinación de artrosis con otras comorbilidades incluyen menor calidad de vida, mayor riesgo de ingreso hospitalario, eventos cardiovasculares, y fallecimiento.
A fin de estudiar en detalle el papel de la artrosis sintomática de rodilla y cadera sobre las dificultades de movilidad en comparación con otros trastornos, Hawker y cols. llevaron a cabo un estudio de adultos mayores de 55 años en dos regiones de Ontario (Canadá). Los participantes en el estudio respondieron un cuestionario sobre índice de masa corporal, datos generales de salud, síntomas articulares y dificultades para caminar durante los tres meses anteriores. Los datos recabados fueron cotejados con las bases de datos de la administración provincial a fin de verificarlos. La edad media de los participantes fue de 68 años, un 60% de los cuales eran mujeres. 42,8% de los participantes tenían hipertensión, 19% artrosis, 12% obesidad, 11,4% diabetes y 10,9% enfermedades cardiovasculares. Algo más de una cuarta parte (25,4%) reportaron dificultades para caminar; de estos pacientes, era más común que fueran mujeres y obesas con problemas crónicos de salud.
El análisis de variantes reveló asociaciones independientes entre múltiples factores, entre los que se incluían longevidad, sexo femenino, índice de masa corporal, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedad vascular periférica, historial de fracturas de cadera, artrosis de rodilla y cadera. Al realizar un modelo multivariable que analizaba artrosis de cadera y rodilla como covariantes separadas, se vio que ambos tipos de artrosis se asociaban significativamente a dificultad para caminar. A continuación se determinó la probabilidad de dificultades para caminar con artrosis y cardiopatías más diabetes mediante la construcción de un nomograma del modelo final, que permitió calcular estimaciones individualizadas de riesgo. Aparte de la artrosis, las otras condiciones que tenían una influencia mayor sobre el nomograma fueron un índice de masa corporal superior a 40mg/m2 y enfermedad vascular periférica. No obstante, afirman los autores, la prevalencia de estos últimos factores es baja, de ahí que el efecto probabilístico total es mínimo.
En sus conclusiones finales, los autores afirman que “creemos que nuestros hallazgos tienen alta relevancia clínica para los profesionales de atención primaria e internistas que va más allá de la reumatología, pues señala la necesidad de un abordaje más integrado, centrado en el paciente y exhaustivo para el cuidado del creciente número de pacientes con múltiples trastornos, muchos de los cuales tienen artrosis que cursa con dolor”.
Estudios anteriores habían demostrado que las personas mayores con múltiples trastornos crónicos se preocupan más por factores tales como movilidad o dependencia o alivio del dolor que con cuestiones específicas de sus trastornos crónicos. Esto reafirma las conclusiones de otros estudios sobre las comorbilidades en artrosis, como el estudio EMARTRO, que recomiendan usar fármacos seguros, como los condroprotectores, en el tratamiento de la artrosis.
Este enfoque, remarcan los autores del estudio, debería ser corregido, haciendo del manejo de la artrosis una prioridad en ancianos con multi-morbilidades.