Según los datos presentados en el simposio con este mismo título durante la OARSI 2015, el 37 por ciento de los pacientes con prótesis de rodilla o cadera muestra comorbilidades. Concretamente, el 50% de los pacientes tienen hipertensión y el 11% diabetes. Son datos preocupantes, teniendo en cuenta que los fármacos más prescritos para la artrosis continúan siendo el paracetamol y los antiinflamatorios.
Dos fármacos, que tal y como afirman los expertos, están demostrando una efectividad limitada en el tratamiento sintomático de la artrosis, y por ello reclaman alternativas eficaces y seguras.
Según explica Allen Sawitzke, reumatólogo de la Universidad de Utah (Estados Unidos), «una buena alternativa para estos enfermos son los fármacos llamados protectores del cartílago, como el condroitín sulfato y la glucosamina, que cada vez cuentan con una evidencia científica más sólida y un elevado perfil de seguridad«. Tanto Sawitzke como Nigel Arden, epidemiólogo de la Universidad de Oxford (Reino Unido), han destacado la necesidad de personalizar los tratamientos con el fin de evitar la interacción de medicamentos y reducir los efectos adversos.
El doctor Sawitzke se encargó de presentar el estudio MOVES, la evidencia más reciente que respalda la eficacia de condroitín sulfato y glucosamina, publicada en la revista Annals of Rheumatic Diseases. Según dicho estudio, la combinación terapéutica demuestra la misma eficacia que el antiinflamatorio celecoxib, con la ventaja añadida que tiene un mayor perfil de seguridad, por lo que lo convierte en una alternativa idónea para administrarlo de forma crónica.
Durante el simposio también se habló de la última revisión de condroitín sulfato publicada por Cochrane, en la que se demostró que los pacientes con artrosis de rodilla tratados con este fármaco presentaron una mejora estadísticamente significativa y clínicamente relevante frente al placebo.